domingo, 10 de abril de 2016

Empecé a escribir algo y lo perdí.
Con esa impotencia recordé y recuperé lo que había perdido aunque me sentía menos clara, más inefable, más critica.
Miraba ya la fotografía de esta calle hecha a las dos de la mañana, antes de que recogieran esa terraza que se ve al fondo, justo en el momento en que dije, esta es la imagen que yo buscaba.
Ahora creía que lo recuperado era mejor que lo perdido porque era más auténtico y seguí este hilo automático e invisible.
Estaba diciendo que no te preocupases, que estas noches desaparecerían para dejar paso a esas otras, las de los balcones, en las que la intemperie no puede tocarnos.
Y al final me salió bien, aunque seguía pensando que lo que primero brotó de mi cabeza se convertiría en mil bandadas de pájaros queriendo dar siempre el mismo graznido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario