domingo, 10 de abril de 2016

Creí haber hecho muchas fotos válidas aquel día, pero al revelar el carrete ésta fué una de las que más me llamó la atención.

No sé bien si fué por su conexión tan bífida, que me hacía pensar que podía mirarla tanto del derecho como del revés y eso me recordaba a mi propia vida.

¿Por que el reflejo era más nítido que la imagen real?

Y confundía las manchas alargadas de la superficie del agua con bandadas de pájaros en el cielo, pero tan solo era un espejismo.

Sin nada más que decir sobre ella, dejo esta fotografía en el viento, así como respiramos, con la misma vaguedad.



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